Toda vida de relación humana es un
tejido de relaciones de poder. Enumerarlos, calificarlos y cuantificarlos da una
visión de la maraña de presiones a las cuales una persona está sometida por su
medio y a la cual somete a los demás, (empezando
por su pareja, su familia, continuando
por sus relaciones laborales y sociales en general).
Dentro mismo del ser, su pensamiento,
sus emociones, su comportamiento, todas sus actitudes conscientes o no, todos
ellos están sometidos a otras relaciones de poder. Ellas son resultado de la
educación, las experiencias de vida, las presiones externas que tuvo que
asimilar, sus crisis de adaptación: exitosas o fracasadas, su manejo de las
energías... toda su vida está plasmada en las «mamuschkas» (capas energéticas
que lo rodean y que cuentan su historia).
Al analizar esta red de relaciones de
poder, el Terapeuta llegará a descubrir todos los círculos viciosos en los
cuales nos encerramos, y podrá comprender de dónde proviene el estancamiento,
cómo neutralizar los miedos a los cambios, cómo ayudar al paciente a renovarse,
adaptarse, en síntesis, a asumir mejor su vida en general y de relación
con
los demás en particular.
Indagar este plano equivale a considerar al hombre como una amalgama de elementos
Indagar este plano equivale a considerar al hombre como una amalgama de elementos
interrelacionados de manera lógica
entre ellos... O mejor aún, como un software que un programador idealista
intentó escribir, llamado «cuerpo angelical» y que otro programador con espíritu
de Hacker quiso entorpecer, llamado «el cuerpo diabólico».
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